Es una fortuna leer a Clara Campoamor, porque su experiencia como defensora del sufragio universal se convierte en un tratado de argumentos políticos indispensables para reflexionar sobre el alcance de la igualdad. Mantener viva su memoria es una necesidad para las mujeres del siglo XXI. Este libro de Concha Fagoaga y Paloma Saavedra es la mejor biografía que de ella se ha escrito. Nos la presenta desde el inicio de su vida, con su fragilidad social, su valentía, su capacidad de trabajo, su poderosa inteligencia, hasta su ancianidad y dolor en el exilio.
Clara Campoamor, diputada demócrata, abogada y activa feminista, tuvo un destacado papel en defensa del voto de las mujeres. El voto femenino formaba parte de la tabla vindicativa del feminismo de la segunda ola, el sufragista, que internacionalmente se había marcado dos grandes objetivos, la plenitud de los derechos educativos y de los cívico-políticos, llanamente pedidos como el voto y el acceso a la educación superior. Finalmente, el 1 de octubre de 1931, el congreso de los Diputados de las Cortes de la II República aprobó en España el derecho al voto para las mujeres y ella indiscutiblemente es la protagonista de esta victoria.
