Combatir la discriminación de las mujeres en la empresa exige la correcta aplicación de la ley.
La revitalización de las reclamaciones de igualdad real entre hombres y mujeres desencadenada, entre otras razones, gracias a la movilización de la huelga feminista del 8 de marzo ha devuelto a la agenda política la discriminación que aún pervive en el ámbito laboral. Son muchos los indicadores que prueban que aún queda camino por recorrer. Uno de ellos es la tasa de paro femenina que, situada en el 17,08%, supera en casi cuatro puntos a la masculina (13,72%), según datos de la última encuesta de población activa.
La mayor sensibilización en torno a este asunto ha provocado que la Inspección de Trabajo haya fijado, como uno de los objetivos fundamentales de su Plan Estratégico Nacional 2018-2020, asegurar el cumplimiento de las normas en materia de igualdad y no discriminación.