Cultura

Nuestra cultura está atravesada, desde la Edad Media hasta nuestros días, por un filón de oro, por un verdadero tesoro. Son los textos de las mística femenina o, como la autora pefiere decir, de la teóloga en lengua materna, porque "mística" y "místico" se han convertido en etiquetas que corren el riesgo de aislar entre especialistas palabras y experiencias que pueden estar en nuestra mente como el pan en la mesa: preciosas y corrientes.

Valorar la acción a través de la intención es el camino que aquí nos propone la autora para desterrar lecturas unívocas o simplificadoras en torno a las experiencias que las mujeres volcaron sobre la religión, en torno a ese difícil período de articulación de las reformas que precede al concilio de Trento. Es así como surgen significados de mujeres entre estructuras y prácticas religiosas institucionales, sometidas a lógicas generales de una sociedad de dominio masculino.

En este libro se muestra cómo ha variado la percepción social del cuerpo desnudo en el arte. A través del desnudo femenino se plantean apasionantes problemas culturales, estéticos, políticos y artísticos: el desnudo fue utilizado en la pintura para establecer y normalizar todo un sistema de proporciones, se empleó como punto de referencia para mostrar lo que era bello y lo que no lo era.

En América Latina, como en Europa, la fuerte y excluyente orientación androcéntrica de la filosofía en el desarrollo de sus tradiciones centrales ha llevado a una relación tensa, molesta y profundamente asimétrica con la mujer. La filosofía aparece como un continuado «monólogo masculino» en el que la mujer apenas si puede intervenir. De esta «relación difícil» entre mujer y filosofía habla este libro con la finalidad de mostrar la injusticia de este proceso.

Dentro de un marco teórico feminista y crítico, centrado en escritoras de los siglos XVI y XVII, la autora, conocida especialista del Siglo de Oro y de temas feministas, con libros y ediciones publicadas en España y Alemania, desarrolla una interesante relación desde un punto de vista de lectores y lecturas. Los estudios sobre Ana Caro, sor Juana y santa Ana, son modélicos.
Se trata de un libro de interés interdisciplinar, tanto para la historia literaria como para la teoría literaria y crítica feminista.

La investigación y estudio de la alteridad autobiográfica de mujeres, en esta obra, plantea una ruptura con el canon literario oficial. Proponen una visión feminista diferente de la creación literaria y del pensamiento habituales. Lo que exponen las diferentes escrituras autobiográficas de mujeres es a un interlocutor-destinatario que a un tiempo representa el objeto de amor y el juez del texto. Él constituye el criterio de la elección textual y goza de la más alta consideración.

El libro recoge diez retratos subjetivos de personajes singulares, cinco escritoras (Isabelle Eberhardt, Jean Rhys, Dorothy Parker, Maeve Brennan y Natalia Ginzburg) y cinco fotógrafas (Anna Atkins, Frances Benjamin Johnston, Berenice Abbott, Lee Miller y Gisèle Freund) que, por su condición de mujeres, no han recibido el reconocimiento y la notoriedad que merecían, o han sucumbido a la dureza de sus circunstancias, o bien no son lo bastante reconocidas en nuestro país.

Historia de la filosofía significa, por lo general, historia de filósofos; situación que la academia respalda al enfocar los estudios y la atención principalmente en los hombres filósofos ¿Es que no filosofan las mujeres?, ¿acaso no hay mujeres filósofas?