Trabajo

El mito de la vida privada está escrito en torno al concepto de ámbito privado. Con él se alude a la posibilidad de pensar en"uno mismo", disponer de un tiempo donde tienen cabida aficiones, lecturas, relaciones, e incluso, si el mercado laboral lo requiere, continuados procesos de formación. Pero si pensamos en la privacidad de las mujeres, no hallamos ingredientes tan singulares. Todo lo contrario, su privacidad se constriñe a los"huecos"que les dejan sus obligaciones familiares, cuando no la atención a personas mayores, enfermedades e imprevistos.

La experiencia de las mujeres en el mundo del trabajo es un asunto de inigualable importancia en el campo de la psicología de las organizaciones y, sin embargo, es escasa la bibliografía sobre este tema. Las mujeres constituyen más de la mitad de la población del mundo y su representación en las organizaciones se incrementa con rapidez. Al mismo tiempo, la experiencia femenina en el entorno del trabajo es muy diferente de la masculina.

El mito de la vida privada está escrito en torno al concepto de ámbito privado. Con él se alude a la posibilidad de pensar en "uno mismo", disponer de un tiempo donde tienen cabida aficiones, lecturas, relaciones, e incluso, si el mercado laboral lo requiere, continuados procesos de formación. Pero si pensamos en la privacidad de las mujeres, no hallamos ingredientes tan singulares. Todo lo contrario, su privacidad se constriñe a los "huecos" que les dejan sus obligaciones familiares, cuando no la atención a personas mayores, enfermedades e imprevistos.

Observando el abanico socio-profesional de la mujer, me ha parecido interesante resaltar y estudiar la presencia de aquella en la Administración del Estado, y ello por varias razones: por el interés que suscita el mismo sector funcionarial, por la participación del "segundo sexo" en esa fundamental institución y su posible influencia; y por la procedenci asocial de toda esa clase de trabajadoras provenientes, casi siempre, de la clase media.

La incorporación de las mujeres al espacio público ha sido una de las mayores revoluciones del siglo XX, pero es todavía una revolución incompleta. El cambio observado entre las mujeres se ha visto acompañado por una resistencia al cambio, tanto en la organización del espacio público como en la corresponsabilización de los varones en el trabajo doméstico; ambos siguen comportándose como si nada hubiera cambiado.